-Chicos, creo que ha llegado el momento de que me compre un piso, ¿me echáis una mano?¿Cómo? ¿Comprarte qué? A ti te vamos a hacer la casa de tus sueños.

Y así empezó la aventura de IARQUITECTURA con Carmen.

Hacerle una casa a una persona que quieres mucho, es difícil, además de una gran responsabilidad, porque quieres que sea la ideal para ella y que todo salga a la perfección.

Tres conceptos básicos nos dieron: querían una pequeña piscina para refrescarse, una gran terraza y mucha luz.
El solar que finalmente eligieron se encuentra en una zona de ensanches de la localidad de Baza, con 8.75 m de fachada y 14 de m de fondo, así que buscamos soluciones de iluminación y ventilación hacia el interior de este.
La vivienda se desarrolló en tres alturas. La planta baja se deja para los usos de cochera, trastero, lavadero, y la sala de instalaciones de la piscina. Tenían miedo de que quedara una entrada oscura con la escalera al final del pasillo. Así que se ha dejado un lucernario en el patio para dar una mayor luminosidad a dicha entrada y al distribuidor principal de la vivienda, creando un espacio luminoso y muy acogedor.

Una vez subimos el primer tramo de las escaleras accedemos al gran salón, orientado hacia el sur con toda su fachada acristalada. Los grandes ventanales son perfectos para el acceso de la luz del sol desde primera hora de la mañana y permiten el paso a la gran terraza con la pequeña piscina que nos pidieron. De esta forma el salón, cuando el tiempo acompaña, se amplía hacia el exterior.

Finalmente, a través de unas escaleras que aparecen en el salón, se accede a la última planta, donde se dispone de la zona más privada de la vivienda. La habitación principal, el vestidor y un gran baño, con ducha y bañera de hidromasaje. Su dormitorio, cuenta con una gran cristalera hacia la terraza y un acceso a una cubierta transitable, o solárium, a la que se accede a través de una pequeña escalera, y que, según Carmen, es perfecta para ver las estrellas.
-Gracias chicos, me encanta la casa.
-Gracias a ti, por dejarnos hacértela. Ha sido un placer.
Y así fue como empezó y terminó la historia de la casa de Carmen.